
En el acto, celebrado en el palacio presidencial de Planalto y en el que también estuvo presente el Ministro de Deportes, Orlando Silva, los jugadores de la selección brasileña entregaron a Lula dos camisetas, la oficial y la segunda equipación, con su nombre personalizado.
"Es una felicidad muy grande compartir nuestro título con el mayor nombre de nuestro país, que es el presidente Lula", afirmó el héroe de la final, el portero reserva Franklin, quien paró dos de los cinco penaltis que lanzó España en la tanda extrema y que dieron el título a Brasil.
Brasil conquistó su cuarto Mundial de fútbol sala el pasado fin de semana, en Río de Janeiro, al vencer en la final a la selección española, campeona de las últimas ediciones del Mundial.
El tiempo reglamentario y la prórroga habían terminado con empate a dos goles.