Fisioterapia recupera atletas y árbitros en el GP 2009
Fisioterapeuta Graziely atiende a atleta en el Goiânia Arena
En cancha, muchos goles, dribles y correría. Sin embargo, después de los partidos, las dores musculares son compañeras en los vestuarios. Para recuperar el cuerpo y las energías, atletas y árbitros están recibiendo un servicio especializado de fisioterapia durante los juegos del 5º Gran Prix de Fútbol Sala, realizado en Goiânia y Anápolis, de 28 de junio a 5 de julio.
Ambulatorios de la clínica FisioSport fueron montados en los gimnasios Goiânia Arena, en la capital, y Newton de Faria, en Anápolis. Tres fisioterapistas se revezan para atender a los jugadores y árbitros que buscan el servicio.
"Es la primera vez que estamos participando de un evento internacional de grande porte, como el Grand Prix, y estamos felices en poder auxiliar las selecciones y árbitros. Muchos equipos no poseen profesionales del área en sus delegaciones y pueden recurrir a nosotros para ayudar a los atletas", explicó Victor de Carvalho, director de la clínica.
El árbitro costarricense Jorge Ruiz aprobó el servicio y pasó por una sesión de masaje en este lunes (29/6), antes de entrar en cancha para dar el silbo inicial al juego entre Brasil y Mozambique. "Es la primera vez que veo esta estructura en un torneo y la encontré excelente. Como hicimos teste físico el sábado y ayer (domingo) silbé el juego, estaba sintiendo muchos dolores en el muslo. El masaje fue esencial para recuperarme para los próximos partidos", dijo.
Segundo el fisioterapeuta Robson Porto, jugadores y árbitros pasan por un atendimiento inicial en los ambulatorios, con masajes post juego y tratamiento con hielo. En casos más graves, el atleta incluso es encaminado para la sed de la clínica, donde pasa por exámenes y diagnóstico completos.
GP 2009 también es escenario de ellas: las mujeres
Renata Ramos apunta las estadísticas de la selección de Mozambique
Pese a ser un universo aún dominado por los hombres, a los pocos las mujeres alcanzan espacio en los equipos de fútbol sala. Renata Ramos, preparadora física de Mozambique, y Ana Patrícia Scobar, fisioterapeuta de Guatemala, son dos personas que encuentran su lugar en el fútbol sala profesional.
Ellas son las únicas mujeres entre los miembros de las 16 delegaciones inscriptas en el 5º Grand Prix de Fútbol Sala realizado en Goiânia y Anápolis, de 28 de junio a 5 de julio, y no se intimidan. "Todos los atletas y compañeros de comisión técnica me respetan dentro del equipo y cuando hablo en serio ellos siempre hacen lo que les pido y me atienden", cuenta Renata.
La educadora física es brasileña, natural de Recife, y hace 7 meses vive y trabaja en Mozambique al lado del padre, Roberval, técnico de la selección nacional.
"En el Grand Prix de 2008 realicé un trabajo voluntario con el equipo de Mozambique y fui invitada a trabajar en un equipo que disputa la liga deportiva del país". Antes de arreglar los equipajes rumbo a África, Renata había trabajado 4 años en un equipo profesional de fútbol sala de Paraná.
Además de la preparación física, Renata aún posee otra función de grande importancia dentro de la comisión técnica mozambiqueña. Con una computadora portátil, ella registra todo el desempeño de los atletas durante los partidos. "Hago toda la estadística de la selección. O sea, apunto el tiempo de juego de cada atleta, errores y aciertos de pase, goles marcados. Y esas informaciones nos permiten tener noción del rendimiento del equipo y saber dónde están los errores", explica.
Como en Mozambique los atletas aún necesitan dividirse entre el fútbol sala y jornadas de trabajo o estudio, Renata sabe que necesita hacer ejercicios más leves con ellos. Según ella, el equipo hizo solo nueve entrenamientos antes del Grand Prix 200. "El último torneo disputado por la selección de Mozambique fue justamente el Grand Prix del año pasado. Y esa es una dificultad a más que necesitamos driblar", apunta.
¿Y el hecho de echar de menos a Brasil? "Mozambique es un país muy acogedor y las culturas africana y brasileña son muy próximas. La identificación es grande y me siento en casa. Y como estoy haciendo el master allá, tengo la familia cerca y hay oferta de trabajo, aún no pienso en volver", concluyó.
“Lotação Esgotada” refuerza la importancia de la educación
Bianca e Lara asisten al juego entre Angola y Guatemala
Anápolis (GO) – Las amigas Lara Michele, de 10 años, y Bianca Francieli, 
de 11, son buenas alumnas. “Me gusta mucho estudiar”, dice la primera. “Siempre hago las tareas de casa y estudio para la prueba. Por eso tengo buenas notas”, contó la segunda. Gracias al esfuerzo en los estudios, en este martes (30/6) ellas fueron al gimnasio Newton de Faria, en Anápolis (GO), asistir a dos partidos del 5º Grand Prix de Fútbol Sala.
Lara y Bianca fueron dos de los mil niños de 20 escuelas diferentes de Anápolis que tuvieron la oportunidad de asistir a los juegos de este martes. Los primeros quinientos alumnos asistieron a los juegos entre Guatemala y Angola y Uruguay y Rumania. Ya la segunda parte de los estudiantes acompañó los enfrentamientos entre Paraguay y Hungría y Venezuela y Ecuador.
De la escuela de las amigas Lara y Bianca, el Colégio Estadual Professor José Abdala, en Anápolis, 50 alumnos fueron seleccionados para ir al gimnasio. El criterio para elegir los seleccionados fue quien tuviese las mejores notas en el boletín, para reforzar la importancia de la educación en la vida de niños y adolescentes.
“El proyecto es muy importante para los alumnos. Para aquellos que tienen buenas notas, es una recompensa por el esfuerzo. Ya para quien no las tiene, sirve como una forma de mostrar que el estudio y la educación abren excelentes puertas en nuestra vida”, explicó la profesora de Educación Física Jaciara Fernandes. Además de la recompensa por el esfuerzo en los estudios, “Lotação Esgotada” posibilita que los niños y adolescentes conozcan nuevos lugares. “Nunca había venido aquí al gimnasio. Es muy bonito”, definió Lara.
El Proyecto “Lotação Esgotada” posibilita a niños y adolescentes la ida al gimnasio para acompañar a los partidos del 5º Grand Prix de Fútbol Sala. Un autobús trae los estudiantes de la escuela hasta el gimnasio, donde ellos asisten a los juegos y ganan un bocadillo. Después del término de los partidos, ellos son levadas de vuelta para la escuela donde estudian. Hasta domingo (5/7), 7.500 niños y adolescentes de 76 escuelas de Anápolis serán contemplados por el proyecto.
