
Esta historia comienza a inicios de 1973 cuando un grupo de adolescentes de la ciudad de Colonia del Sacramento, reunidos en el Centro Unión Cosmopolita, deciden formar un Club para competir en Campeonatos de Fútbol de Salón, deporte de moda en la ciudad.- Estaba demasiado presente, todavía, el milagro de
En 1975 se produce el primer milagro del Old, porque, siendo sus dirigentes Francisco Brizolara, Julio Leguísamo y Luis Andreini, jóvenes estudiantes de 20 años de edad, se embarcan en la organización del Primer Campeonato Nacional de Clubes Campeones.- La organización fue todo un éxito, y más aún porque se obtuvo el honor de consagrarse PRIMER CAMPEON NACIONAL DE CLUBES DE FUTBOL DE SALON.-
La historia del Club ha seguido, esencialmente gracias al esfuerzo de todos los dirigentes que han colaborado con la institución, pero si rica es la historia del Club, más rica y fructífera aún son los éxitos deportivos obtenidos.-
Old Christians con su participación activa en
Se ha logrado representar a Uruguay, en varias partes del mundo, habiendo competido en Argentina (Santa Fé, Rosario, Ushuaia), en Brasil (Río de Janeiro, Videira, Blumaneu, Porto Alegre), Chile (Santiago), Bolivia (Santa Cruz y
Pero esta breve reseña no culmina acá, ya que, en el año 2002, se acepta el gran desafío de competir a nivel FIFA, dentro de
A partir de allí, se han planteado otras metas, más ambiciosas, y se ha obtenido la posibilidad de competir a nivel FIFA en todas las categorías del deporte tanto de local como de visitante (en mayores, Sub 20, Sub 17, y Sub 15) siendo el único Equipo del Interior del País que lo realiza, con el esfuerzo de que la última categoría se disputan íntegramente en la capital Montevideo.-
Esta breve reseña, nos encuentra en el año 2004 tratando de mejorar aún más nuestro trabajo, creando con la actitud del Dr. Brizolara
Este es el desafío al cual nos enfrentamos, que se ve plasmado, desde aquella lejana tarde de febrero de 1973, cuando 5 o 6 jóvenes, adquirían camisetas en “Tienda Jacobo”, las teñían de azul, le colocaban el Trébol Negro y el número, con la “ayuda” de más de una madre y abuela de algunos de ellos, hasta esta hermosa realidad, donde toda